DE SAN JERÓNIMO, LA BIBLIA Y LA IGNORANCIA QUE TENEMOS DE ELLA
A inicios de la era cristiana el idioma más usado y extendido era el griego popular o koiné. En él están escritos los libros del Nuevo Testamento y una importante traducción del Antiguo Testamento llamada de los Setenta. Pero conforme el uso de la lengua koiné fue perdiendo vigencia en diversas regiones del extenso imperio romano y se abría camino el uso del latín, surgió la necesidad de traducir el texto griego al latín. En un primer momento esto ocurrió de forma espontánea y un tanto anárquica.
En el siglo IV la situación era ya insostenible (San Agustín y otros autores de su época se lamentaban de que cualquiera que supiera un poco de griego se atreviera a traducir al latín) y el Papa Dámaso comprendió que era necesario que los fieles cristianos tuvieran un texto bueno y fiel al original, avalado por la intervención de la autoridad de la Iglesia. Para tal labor, en el año 382 eligió a san Jerónimo (†420), a quien hoy recuerda la Iglesia y que dedicó toda su vida a tan importante misión. De su trabajo nació la Biblia latina conocida como la Vulgata, verdadera obra de referencia para toda la Iglesia y para las ulteriores traducciones a las diferentes lenguas vernáculas en las que nosotros podemos leer el texto sagrado. Pero, ¿lo hacemos?
San Jerónimo decía que «desconocer la Escritura es desconocer a Cristo». Quizás los siguientes datos estadísticos nos ayuden a entender el porqué de la ignorancia actual acerca de Jesús.
Del 5 al 26 de octubre de 2008 tuvo lugar en Roma un Sínodo de obispos que tenía como tema de estudio: La palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. En vistas a este sínodo la Federación Bíblica Católica encargó al instituto de estadísticas GFK-Eurisko un estudio sobre la relación que tiene la población adulta con las Sagradas Escrituras (uso y conocimiento elemental de la Biblia) de ocho países europeos (Reino Unido, Alemania, Holanda, Francia, Polonia, Rusia, España e Italia) y Estados Unidos. Creo que los datos obtenidos son significativos.
- Sólo el 20% de los españoles ha leído un pasaje de la Biblia en el último año. La cifra sitúa a España a la cola de los nueve países estudiados.
Muy cerca de España, se sitúa Francia donde sólo el 21% de la población adulta afirma haber leído al menos un pasaje de la Biblia en los últimos 12 meses, seguida por Italia (27%), Alemania (28%), Holanda (31%), Rusia (35%), Gran Bretaña (36%) y Polonia (38%).
En contraste, el país donde más se lee la Biblia y con diferencia es Estados Unidos, donde el 75% de los entrevistados afirman haber leído al menos un texto de la Sagrada Escritura a lo largo del último año.
- Los españoles también son los que tienen menos conocimientos bíblicos muy elementales. Ante preguntas del tipo: ¿Los Evangelios son una parte de la Biblia?; ¿san Pablo pertenece al Nuevo o al Antiguo Testamento? o ¿escribió Jesús algún evangelio?, sólo el 17% de los españoles encuestados responde correctamente. Los datos de otros países son: rusos (18%), holandeses (25%) y franceses (28%).
Los que mejor saben contestar (entre un 32% y un 37%) son los estadounidenses, británicos, alemanes, italianos y polacos.
· En conclusión, la inmensa mayoría de la población occidental actual desconoce hasta extremos inimaginables el texto posiblemente más importante y más leído de la historia de la humanidad. Con el agravante de que para un occidental la ignorancia bíblica conlleva la ignorancia de su propia cultura, de su propio ser. San Jerónimo, ruega por nosotros.