EN LA DESPEDIDA DEL PAPA BENEDICTO XVI
Cuando en abril de 2005 el cardenal Ratzinger se asomaba a la logia de san Pedro con la sotana blanca pocos podían imaginar que este nuevo Papa lograría entrar en el corazón de los católicos de un modo tan hondo. Pero lo ha hecho. Y el día de hoy ha sido una buena muestra de ello. Hice cola con un grupo de chinos (afortunadamente una religiosa hablaba español), compartí horas de pie junto a un grupo de jóvenes españoles, cuatro mujeres del norte de Italia y un par de compañeros sacerdotes. Todos, todos, lloramos escuchando las palabras de Benedicto XVI y viendo su rostro amable.
Cuando por la mañana me dirigía a san Pedro, no esperaba emocionarme; pero la realidad es que este encuentro ha sido un momento muy emotivo, una hermosa experiencia de Iglesia, un regalo de fe y de esperanza.
Os dejo algunas frases del Papa que creo merecen la pena leer:
- «El Señor nos ha dado muchos días de sol y brisa ligera, días en los que la pesca ha sido abundante; ha habido también momentos en los que las aguas estaban agitadas y el viento era contrario, como en toda la historia de la Iglesia. Pero siempre he sabido que en esta barca está el Señor y siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino suya».
- En referencia a las cartas afectuosas que el Papa recibe de muchos fieles dijo que en ellas «se puede tocar lo que es la Iglesia: no es una organización, no es una asociación para fines religiosos o humanitarios, sino un cuerpo vivo, una comunión de hermanos y hermanas en el Cuerpo de Jesucristo».
- «No abandono la cruz sino que permanezco de un modo nuevo junto al Señor Crucificado».
- «Os pido que me recordéis delante de Dios y, sobre todo, que recéis por los cardenales llamados a una tarea muy relevante y por el nuevo Sucesor del Apóstol Pedro».
Así lo haremos. GRACIAS, BENEDICTO.