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Villancico: El nacimiento

       Un hermoso villancico flamenco del Coro Yerbabuena, que nos traslada al momento más esperado de la historia de la salvación.

 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Letra: El nacimiento

 

Por el caminito que lleva a Belén: una borriquilla, María y José.

La luna los sigue; los quiere alumbrar.

¡Qué largo camino! ¿Cuándo llegará?

El viento los mira.

María suspira: "Ya no puedo más".

"Tranquila mi vida", decía José, por el caminito que lleva a Belén.

 

Acelera el paso, andando deprisa, que ya se divisa... espera mi bien.

Se acabó el camino. Bendito destino. Ya estamos muy cerca; ya se ve Belén.

 

La noche está fría. Tranquila María. Buscaré posada;

llamaré a la puerta en la madrugada, y tendrás al hijo que tanto esperabas.

Nadie abrió la puerta. Un frío silencio hubo por respuesta.

Las calles vacías, ni un alma despierta, tan solo la luna los guiaba inquieta.

 

Por las calles de Belén camina José... buscando cobijo.

Un viejo establo será donde nacerá, María, tu hijo.

Nos quedaremos aquí. Entre el  buey y la mula nos darán calor.

Y la luz de luna clara alumbró su cara llena de dolor.

 

Cógeme la mano; aprieta con fuerza, que lo estoy sintiendo.

El momento se acerca.

Gritos y suspiros.

Sangre derramada y el llanto de un niño en la madrugada. 

 

Has sido valiente. Lo puso en sus brazos; le besó en la frente.

Ya tienes tu hijo, fruto de tu vientre.

Descansa María que el Niño ya duerme. 

 

Y así amanecía y así aquella noche dormía María.

El niño lloraba; José sonreía y hasta las estrellas a verlo venían.

 

Y por la mañana despertó María.

Mirando a su niño le dio con cariño besos de alegría.

 

Tres magos de oriente vinieron a verlo.

Era su destino y un largo camino para conocerlo.

 

Pastores llevaron al recién nacido ropita de abrigo y leña de olivo p´a quitarle el frío.

Se marchó la luna, estrellas y luceros;

y el sol alumbraba la divina cara del rey de los cielos.  (Bis)

 

Y así amanecía y así aquella noche dormía María. 

El niño lloraba; José sonreía y hasta las estrellas a verlo venían.

 

Por el caminito que lleva a Belén, una borriquilla María y José. 

 

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