La alegría de la fe
© by Raúl Navarro Barceló
La hermosa aventura de ser familia Vs.
La insoportable carga de soportar a uno más
El texto es una breve reflexión sobre la familia a partir de dos videos publicitarios (de las empresas Coca-Cola y Durex). Me pareció muy interesante. El autor de este texto es Rafael Pérez del Solar y está tomado de Catholic-link.
· El primer video (el de la izquierda) busca resaltar un rostro diferente de lo que significa la familia y la paternidad. La vida de familia (en particular para quienes recién comienzan a constituirla), se vuelve una fascinante aventura que implica la necesaria colaboración entre marido y mujer, para construir en el Amor, para afrontar las situaciones exigentes que la vida plantea, y sobre todo para ser padres (hermosa y a la vez exigente misión).
Es lo que nos plantea esta propaganda de la campaña de Coca-Cola Life: “te invita a destapar tu naturaleza. Esto es lo que logran los hijos: a pesar de que te hacen trabajar duro y las cosas a veces se complican, sacan lo mejor de nosotros”. De manera divertida y natural se van sucediendo los momentos del crecimiento del nuevo integrante de la familia, sus travesuras y los momentos de alegría, pero también de esfuerzo y sacrificio que trae consigo este pequeño ser humano.
Lo interesante es que el video muestra sin ningún misterio que eso es justamente lo hermoso de la vida familiar, eso es justamente lo que reclama el corazón humano: el vivir para amar y ser amado, y que esa experiencia conlleva necesariamente una exigencia de salir de uno mismo, de salir tal vez de la propia comodidad, para volcarse en una preocupación y entrega por la otra persona. Esto queda graficado aún más con la llegada del segundo hijo, que tras un momento inicial de “aparente tensión”, termina explotando en gran júbilo y unión de la familia.
· En contraparte encontramos el segundo video (el de la derecha), que más bien denigra la vida familiar y se muestra en claro contraste con los valores que el video de Coca-Cola presenta.
Al ritmo de “Claro de Luna” de Beethoven, este comercial de la empresa de condones Durex, llama la atención sobre la necesidad de “protegerse”. ¿De qué? Pues lo que hacen entrever es que debemos protegernos de tener muchos hijos, o de tener hijos en general. Tal vez, como proponía la revista Time en un artículo que publicaron hace algunos meses, sería mejor la vida sin hijos, para vivir “más tranquilos”, “más placenteramente”, “sin tantos apuros y contrariedades”, para “tener más espacio y tiempo para uno mismo”, y para “disfrutar de la pareja”.
Sin embargo, este planteamiento, que cada vez más se va asentando en muchas sociedades y personas, termina siendo lamentablemente, una traición a lo que en verdad reclama el corazón humano. El primer video nos deja claro, sin caer en “visiones rosa” de la vida, que ciertamente, ser familia es exigente, cuesta, implica amar, implica entrega. Pero no hay nada más realizante y plenificador para la persona humana que abrirse a estas dimensiones. El egoísmo egocentrista que propone Durex con su comercial, son una triste mirada a lo que ocurre cuando uno deja de mirar sin ilusión la vida, la familia; y cuando el Amor se transforma en una burda caricatura que busca sólo placer por el placer.
Estemos atentos, para que como decía San Pablo, “no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto”. (Rom 12, 2). ¡No nos dejemos engañar! ¡No permitamos que la mentalidad de este mundo pervierta en nuestras mentes y corazones el auténtico y hermoso sentido de lo que es la familia humana, don de Dios y núcleo fundamental de la sociedad!
Dinámica:
Es recomendable, ver ambos videos, poder analizarlos y responder a las siguiente preguntas para generar un buen diálogo (si se da incluso en pareja, puede ser muy bueno):
- ¿Pienso que el Amor, y la apertura a la vida es lo más importante en una familia? ¿O por el contrario creo que el tener hijos se opone a la primacía de la “tranquilidad” y “comodidad” de la pareja.
- ¿Qué pienso cuando me entero que una familia va a tener un hijo más? ¿Me estoy dejando llevar por los criterios del mundo que lo ven como una “carga” más para la familia el nuevo hijo? ¿O tengo una actitud de alegría por la nueva bendición que Dios da a esa familia?